15 oct 2009

Comunicación eficaz y PNL




La comunicación construye realidades. El verbo crea realidades.


¿Cuántas veces hemos estado expuestos o incluso generado nosotros mismos el comentario “es que tú no me entiendes” o el clásico “es que tú no me escuchas”.

Para que haya comunicación efectiva, se necesitan al menos dos personas. Pero no sólo eso. También se necesita la capacidad de oír, más que escuchar, de ver y no solo mirar. Y de decir, más allá de las palabras, lo que de verdad queremos decir.

Es como cuando recorres un museo solo y luego lo haces con un guía. Generalmente pasa que al ver las obras solo, uno simplemente las observa. Pero no necesariamente las ve.

Algo similar ocurre con la comunicación. Y es que no basta con utilizar los sentidos. No se trata de algo físico. Se trata de algo más profundo y que a diferencia de cuando nos falla algún órgano o función, en este caso, sí podemos modificar.

Programándonos para ser todo lo que podemos

Al estudiar el lenguaje, la Programación Neuro Lingüística tiene mucho que decir respecto de la comunicación.

Esto porque al tratarse de una disciplina que ayuda a cambiar ciertos instintos o comportamientos adquiridos, primero conociendo esos automatismos, para luego generar nuevas opciones, más alternativas de ver el mundo y funcionar en él, ayuda a las personas a obtener mejores resultados, a que tengan más paz con ellos mismos, a ser, en definitiva, más felices.

Y una persona feliz es capaz de formar una pareja feliz, una familia y una empresa feliz. Es un círculo virtuoso.

Lo que hace la PNL es alinear nuestro cerebro, con nuestro cuerpo y el lenguaje que usamos. Y esto, sin duda, contribuye a lograr una comunicación eficaz.

Por eso esta línea de pensamiento que es la PNL, es aplicable a cualquier área de nuestras vidas, y en el día a día. Y para integrarla, no son necesarios implementos ni algo externo a nosotros. Sólo se necesita querer mejorar nuestras vidas.

Muchos dicen que somos lo que comemos. También es válido afirmar que somos lo que decimos. Y cómo lo decimos.